Te diré que antes yo no hacía las cosas así. Y ni pena me daba. Por la pega en el ejército (no confundir con el ejercicio), nos teníamos que cambiar constantemente de casa. Donde más vivimos fue en la cisterna. Como 8 años. Tenía una amiga incondicional, la Niza. Todos los días, o era ella la que gritaba mi nombre frente a la reja de mi casa, o yo la iba a buscar. Sólo nos separábamos para comer y dormir. Bueno, y para ir al colegio. Cuando supe que nos cambiábamos a San Bernardo, no le di la noticia nunca. Hasta el viernes jugué con ella como siempre, y al otro día me fui en el primer viaje de la mudanza, para no tener que escuchar su grito y salir a dar explicaciones. Después me contaron que pasó un chasco, porque fue a buscarme como a las 2 de la tarde y salieron los vecinos del frente a reirse, a decirle que yo no vivía más ahí...
Eso fue lo único que me dió pena. Alguien me ofreció a último minuto que me fuera a despedir. Me preguntaron "y te despediste de tu amiga?"
"No", contesté resuelta. "Para qué"...
Después y hasta hoy nunca nos volvimos a ver. Ni por mucho que exista facebook.
A lo largo de los años he dejado esa costumbre, pensando que el daño que le hice a la Niza, fue irreparable. Cuantos días más se habrán reído de ella??...
Después todos los cambios de algo han sido con aviso, con llanto y despedida...y no sé que fórmula sea la mejor. Que venga la Pilar Sordo y me explique, que estoy confundida.
Porque mandarme a cambiar así sin más de La Cisterna, fue como terminar yo con alguien, como atropellar a alguien: "chuta sorry por el daño"..."sorry vieja...". Y me dio más cargo de conciencia el daño ocasionado al otro que el mío. A mí no me dolió tanto, más bien, solo senti arrepentimiento.
Distinto es ahora, avisando casi un mes antes que me voy de esta ciudad. Ahora es como que me terminaran, paradójicamente. Y cuando soy yo la que termina-o corta algo- creo que soy yo la que siente más dolor, porque no solo siento el mío, sino también el de todo el resto.
Hace unas semanas dije que si hubiera sabido que me querían tanto no hubiera pensado en irme. La verdad es que lo dije tratando de acortarles la pena a todos. En el trabajo y en la casa.
El despedirse con tanta anticipación, ha significado para todos elaborar el duelo. Hacer las cosas a la antigua. Sentir. Doler. Amar. Osea, hemos sido más maduros, porque nos atrevimos al compromiso, yo a decir me voy, que sigo mi sueño y el resto a reaccionar egoistamente- la mayoría- con un no se vaaayaaaa....sitaaaa Elyyyyy. Cada uno comprometido con su opcion, a su manera.
Eso me sacó lágrimas internas. Y negras. El costo emocional que tuve que pagar en una sola cuota y con muchos intereses.
Así que, la opción "me arranco y si te he visto no me acuerdo", aparece como menos madura, menos conectada con esta tierra y con los seres humanos. Y por lo mismo, menos dolorosa para mí. Osea, era la más egoista.
Y lo que decidí ahora, si bien es baaastaaannnte más doloroso, por lo menos da la oportunidad de decir a todos lo que tenga que decir, pero sobre todo a mí de despedirme tranquila de realidades que ya no se van a dar. Corriendo el riesgo de que me pregunten porque me voy y me enjuicien . Pero estoy lo bastante bien parada como para no sentir que me están cuestionando la opción.
Amados todos: me voy. A Pto Montt. Quieranlo o no. Les convenga o no. Se lo esperen o no. Y no voy a cambiar de parecer por ningún motivo. La decisión está tomada. Acá me siento vacía y allá no. Es mi sueño y lo voy a cumplir. Y no por eso los dejo de querer, o amar, según el caso.
Vale?