Nèstor se despidió con un beso y un “te quiero mucho”.
Pero una cosa no dijo Elisa. Ni Paula.
Desde el umbral de la puerta, Elisa se voltea y mira hacia el baño, como si pudiera ver el cuerpo de la mujer que flota sin poder cerrar los ojos. Nunca màs.
Nota: Usted ve hasta que lado toca el cuento.
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