No es lo mismo ni es igual

Antes en el metro no había pulgas...
Antes, no tenía que pensar que zapatos ponerme.
Antes, no conocía a mis primos del clan Zegpi.
Antes, pesaba lo mismo pero la carne se distribuía de otra manera, y por lo mismo, antes, el gimnasio era un juego.
Antes...los sueños de antes son las metas de ahora.
Antes, corría como loca por las calles, porque una tipa me mandaba mensajes desde el celular de mi pololo.
Ayer, miraba mis post del año pasado, y me sentí tan extraña...ahora no haría eso, no escribiría eso, no vomitaría tanto sufrimiento, no me ensalsaría en falso heroismo...
Pasó un año, pero parece que pasó toda una vida y manera de pensar, de ser...
Y mientras la radio Play insiste en tocar las canciones que nos acompañaban, mis manos no se mueven ni un ápice hacia las teclas de ningún celular. A veces, algo duele, como cuando no te sacas bien una espina de los dedos, pero el dolor se va como las hojas por el viento...antes de que termine la canción.
Y cuando aparece esa nueva persona en mi pensamiento, se me iluminan los ojos, como bien pueden atestiguar los vidrios del metro y los 3 o 4 califas que están detrás mío...y puede que de tanto pensar en ti a veces choque con la gente, o cruce con roja, o no me enoje cuando me pellizquen el trasero, pero me gusta estar como estoy ahora, aún si esa persona no me quisiera. Porque eso ya no es lo único, hay mucho más allá fuera. Afuera de la burbuja en que elegí vivir 4 años.